EL FANTASMA DEL ESPEJO

Me encuentro caminando solo por este pasillo de espejos.
Hay algo aquí, en este lugar, no es nada bueno.
No se si alguien me lo dijo o lo leí en algún lugar, pero lo se, algo hay aquí.
No se lo que es, pero se que no es bueno y que no se dejará ver.
Tengo que hacer algo con el, eliminarlo, pero no lo veo.
Finalmente comienzo a caminar, viendo por los espejos para evitar ser víctima.
Se que me asecha y se que me mira, pero yo no lo veo.
Camino por el primer espejo, la angustia me devora, finalmente no veo nada.
Paso el segundo espejo “si en el anterior nada en este si, pienso yo” al final solo me veo yo.
“El tercero es la vencida” pienso, me acerco temerosamente para descubrir… nada.
Tengo miedo, lo siento y lo reconozco, me acerco al cuarto espejo…
Hay algo diferente en ese reflejo, el miedo me atonta y no reconozco que es.
Se que hay algo y no lo distingo, así que volteo para mi defensa.
Nada hay detrás de mi, nada, mi mente vuelve a funcionar y…
¡Claro! Ahora se qué es diferente, es mi reflejo, al otro lado no estoy yo.
Es un anciano vestido con una capa, este no tiene ni un pelo en la cabeza.
El miedo me corrompe y lentamente volteo al espejo con mi pálida cara.
El viejo saca medio cuerpo del espejo, como si de una ventana se tratara.
El viejo intenta cortarme, de lo que apenas escapo, pero mi ropa no.
Me quedo inmóvil hasta percatarme de que lleva consigo un puñal y pienso, correr o morir.
Corro y corro, todo se mueve como si estuviese borracho, el miedo me controla.
“Podría llegar de otro espejo”, pienso y decido romper el que a mi derecha está.
Volteo y el anciano está ya en mi dimensión y solo a unos metros de mí.
El puñal que mi ropa rasgó ahora tiene una grande y gruesa hoja y se acerca a mí.
Desesperándome pienso que no podré escapar y busco evasión.
Miro a mis pies y veo los fragmentos del espejo, los recojo y los arrojo al viejo.
Algunos se sumen en su piel y otros no lo rozan, pero ninguno le hace ceder.
Finalmente frente a mi está, angustiosamente recojo el fragmento mas grande.
¡Pero que tonto! No puedo hacerle frente a esa hoja con esto.
El viejo levanta su brazo y lo baja violentamente hacia mí y…
Despierto, todo ha sido un sueño y solo eso, una pesadilla de muerte, solo eso.

K.N.H.R.