No me cabe duda que escribirte me desahoga, pero en esa lucha de placer inagotable me domina el sentimiento pesimista, que mi amor te importa lo mismo que la melancolía al mar.
No me cabe duda alguna que mis frases elongan tu ego, alegran tu día y optimista creo que algunas veces tocan tu alma, la que alguna vez creí inexistente.
No me cabe duda que expreso mis temores en renglones pausados por comas y puntos, tal cuál como mí respiración se pausa al lado tuyo.
No me cabe duda que enamoramiento y amor son equidistantes, como el día y la noche, pero inconcebibles el uno sin el otro.
No me cabe duda alguna que escribirte es tirar piedras al camino de un sentimiento ambiguo y muchas veces inperceptible.
Cora Coronel
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